En el informe de 47 páginas Human Rights Watch afirma que los países podrían mejorar significativamente el acceso a medicamentos para el dolor abordando las causas de su escasa disponibilidad. Éstas incluyen con frecuencia el hecho de no establecer sistemas funcionales de suministro y distribución; ausencia de políticas gubernamentales que aseguren la disponibilidad de estos fármacos; instrucción insuficiente para el personal de salud; regulaciones excesivamente estrictas del control de drogas, y temor a sanciones legales entre trabajadores de la salud.