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EE.UU.: El impacto devastador de encarcelar a madres

Incluso estancias cortas en prisión pueden causar daños permanentes a las familias

(Oklahoma City, Oklahoma) – Las madres en prisión son arrancadas de sus familias y pierden contacto con sus hijos incluso antes de haber sido condenadas por un delito, dijeron Human Rights Watch y la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU) en un informe conjunto publicado hoy.

 El informe de 121 páginas, “‘You Miss So Much When You’re Gone’: The Lasting Harm of Jailing Mothers Before Trial in Oklahoma” (“‘Te pierdes muchas cosas cuando no estás’: los daños duraderos del encarcelamiento de madres antes del juicio en Oklahoma”), concluye que meter en prisión a las madres, incluso por períodos cortos de tiempo, puede resultar en deudas abrumadoras y la pérdida de la custodia de los hijos. Partiendo de más de 160 entrevistas a madres encarceladas y ex convictas, cuidadores sustitutos, niños, abogados, proveedores de servicios, empleados de protección de menores y activistas, este informe conjunto de Human Rights Watch y la ACLU documenta los daños sufridos por mujeres con hijos menores que fueron encarceladas antes de celebrarse su juicio en Oklahoma, el estado del país que encarcela a más mujeres per cápita que cualquier otro.

“Las madres saben que el precio de permanecer en la cárcel y defenderse de los cargos podría significar la pérdida de la custodia de sus hijos”, dijo jasmine Sankofa, autora del informe y becaria Aryeh Neier de Human Rights Watch y la ACLU. “Cada día que pasan en la cárcel, se están perdiendo la vida de sus hijos y muchas tienen recursos limitados para mantener el contacto. Esto genera una enorme presión para declararse culpables, incluso si son imputadas incorrectamente”.

Se estima que el 80 por ciento de las mujeres encarceladas en Estados Unidos son madres con hijos menores y tienen más probabilidades de ser madres solteras y ser quienes proporcionan la atención primaria a sus hijos que los padres encarcelados. Cuando las madres están en prisión es más probable que sus hijos terminen en hogares de acogida.

“Cuando una madre es encarcelada, incluso por un breve período de tiempo, toda la familia es castigada”, dijo Sankofa. “Las estancias en la cárcel pueden convertirse en una separación familiar a largo plazo mientras las madres luchan por superar los obstáculos para recuperar la custodia de sus hijos y rehacer su vida”.

Las mujeres constituyen la población correccional de más rápido crecimiento en todo el país. Las cárceles locales son un importante motor de ese crecimiento. El número de mujeres en prisión ha aumentado de aproximadamente 8.000 en 1970 a 110.000 en 2014. Y en los últimos 15 años, el 99 por ciento del crecimiento de la población penitenciaria ha sido producto del encarcelamiento previo al juicio. Las mujeres pueden afrontar más problemas para pagar la fianza que los hombres debido a los niveles más altos de pobreza y la brecha salarial de género.

Las cárceles, destinadas a alojar a las personas durante períodos de tiempo mucho más cortos, a menudo están mal equipadas para facilitar las visitas familiares. Las políticas de visitas a la cárcel en Oklahoma a menudo impiden que los niños asistan a las visitas en persona o las han eliminado por completo. Las visitas telefónicas o por video pueden tener un costo prohibitivo y son poco prácticas para comunicarse con niños pequeños. Las madres describieron cómo perdieron contacto con sus hijos durante meses y el estrés que sufrieron al desconocer el paradero de sus hijos mientras estaban en la cárcel. La ansiedad se agrava en los casos en que las autoridades no se aseguran de que los padres encarcelados sean transportados a los procedimientos judiciales familiares y juveniles, ni de que reciban actualizaciones regulares de sus casos. Estas fallas pueden impedir la plena participación de los padres en las decisiones clave de custodia de sus hijos.

An illustration of bars separating a jailed mother’s hand from her child’s hand. © 2018 Brian Stauffer for Human Rights Watch

Las madres encarceladas y ex convictas dijeron a Human Rights Watch y la ACLU que aceptaron declararse culpables porque tenían responsabilidades de cuidado infantil, tenían contacto limitado con sus hijos y no podían participar en las decisiones de custodia. Por ejemplo, April, una madre de tres hijos de 30 años, dijo que se declaró culpable de un robo, en contra de la opinión de un abogado, a cambio de una condena condicional de 10 años. April dijo que podría haber luchado contra el cargo, pero decidió que tenía que volver con sus hijos: “No estaba pensando ‘Oh, voy a ser una delincuente [durante] el resto de mi vida’, sólo pensaba en que tenía que cuidar de mis hijos”. Dijo que no tuvo ningún contacto con sus hijos mientras estuvo en la cárcel y que el tribunal de familia no le notificó que los abuelos paternos de su hijo mayor habían solicitado la custodia. April nos dijo que no se enteró de que su hijo estaba bajo la custodia de los abuelos hasta después de que la hubiesen puesto en libertad.

“La lucha no termina con la liberación de la cárcel”, señaló Sankofa. “A las madres a menudo se les presentan facturas exorbitantes por su estancia en la cárcel además de otras multas y tasas, lo que les dificulta rehacer su vida y conseguir la estabilidad que necesitan para recuperar la custodia de sus hijos”.

Oklahoma también impone costos significativos a los acusados y en el caso de que haya una condena, como por ejemplo una factura por el tiempo pasado en la cárcel, los gastos médicos incurridos durante ese tiempo, multas, honorarios y costos judiciales, tarifas de supervisión y otros costos asociados con la libertad condicional o rehabilitación, así como costos significativos para readmitir las licencias de conducir si fueron suspendidas o revocadas. Cuando se intenta recuperar la custodia de niños bajo el cuidado del Estado, los costos también se pueden acumular para las evaluaciones psicológicas, las pruebas de drogas y la manutención de los menores, lo que coloca a los padres menos acaudalados en una posición significativamente desventajosa cuando intentan reunirse con sus hijos. Muchos nos dijeron que los obstáculos parecían insuperables.
 
Human Rights Watch y la ACLU instan a Oklahoma y otros estados a exigir que se tome en cuenta el hecho de que un acusado ejerce de cuidador de niños menores al tomar determinaciones sobre la fianza y la condena, ampliar las alternativas al encarcelamiento, facilitar la participación activa de los padres encarcelados en la vida de sus hijos y los procedimientos relacionados con la custodia de los hijos, así como frenar sustancialmente la imposición de costos y tasas, que pueden impedir la reintegración y la reunificación de padres e hijos, recomendaron Human Rights Watch y la ACLU.

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