“Ihor” dijo que, en varias ocasiones, los soldados le hicieron sentarse en el suelo con las rodillas dobladas hacia arriba. A continuación, le ataban las manos bajo las rodillas y le introducían una varilla metálica a lo ancho del pecho y bajo las axilas en una posición que él denominó “el loro”. Dijo que luego levantaban el tubo de metal para que quedara colgando.

“Ihor” dijo que, en varias ocasiones, los soldados le hicieron sentarse en el suelo con las rodillas dobladas hacia arriba. A continuación, le ataban las manos bajo las rodillas y le introducían una varilla metálica a lo ancho del pecho y bajo las axilas en una posición que él denominó “el loro”. Dijo que luego levantaban el tubo de metal para que quedara colgando. 

© 2022 John Holmes for Human Rights Watch