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Un niño utiliza tenazas para sumergir pieles en un pozo de químicos disueltos en una curtiduría de cuero de Hazaribagh. A pesar de que el derecho internacional vinculante en Bangladesh y las propias leyes laborales del país que prohíben emplear a niños menores de 18 años para desempeñar trabajos peligrosos, muchos niños trabajan en las curtidurías de cuero de Hazaribagh.
© 2012 Arantxa Cedillo/Human Rights Watch