Melida Ruiz, una residente legal permanente, junto a su hija, Mercedez Ruiz, y su nieto, Christopher González. En 2011, Melida permaneció retenida en un centro de detención de inmigrantes durante siete meses, en los cuales intentó evitar ser deportada a causa de una condena impuesta en el año 2002 por un delito menor vinculado con drogas, la única condena que había recibido en los más de 30 años que vivió en Estados Unidos.