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Era el 13 de junio, y Mateo estaba en un centro de recepci\u00f3n de personas deportadas en Nuevo Laredo, M\u00e9xico, pensando en los pasos a seguir.\u003Cbr\u003E\u003Cbr\u003E\n\t\u201cVolver\u201d, para Mateo, implicar\u00eda tener que pagar USD 7.000 para cruzar a pie el desierto con un gu\u00eda durante cuatro d\u00edas \u2014con el riesgo de que lo atrapen, lo env\u00eden a prisi\u00f3n y vuelvan a deportarlo\u2014, o incluso morir de un ataque card\u00edaco o a manos de bandidos. Pero no puede imaginar otra alternativa, porque sus hijos nacidos en Estados Unidos est\u00e1n pidiendo por \u00e9l. \u201cSummer, la peque\u00f1a, quiere que pap\u00e1 le prepare sus tortitas de chips de chocolate con mantequilla de man\u00ed y rodajas de banana\u201d, nos cont\u00f3 con una sonrisa melanc\u00f3lica.\u003Cbr\u003E\u003Cbr\u003E\n\tMateo cont\u00f3 que hizo su primera traves\u00eda para cruzar la frontera con su madre y su hermana, cuando ten\u00eda 11 a\u00f1os. Se establecieron en Delano, California, donde la Uni\u00f3n de Campesinos de C\u00e9sar Ch\u00e1vez y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los \u00daltimos D\u00edas les dieron acogida. Cont\u00f3 que la iglesia lo ayud\u00f3 a obtener la valiosa tarjeta de residencia, aunque no recuerda c\u00f3mo.\u003Cbr\u003E\u003Cbr\u003E\n\tCuando estaba en noveno grado, la familia se traslad\u00f3 a Pasadena, Texas. Mateo dijo que termin\u00f3 la escuela secundaria all\u00ed, obtuvo un empleo como cocinero en Denny\u2019s y pudo mudarse a su propio apartamento en una zona de la ciudad venida a menos.\u003C\/p\u003E\n\n\u003Cp\u003E\n\n\n \n\n\n\u003C\/p\u003E\u003Cdiv class=\u0022embed align-right embedded-entity embedded-entity-type-media embedded-entity-bundle-image embedded-entity-viewmode-embeddable embed--right\u0022 xmlns:xlink=\u0022http:\/\/www.w3.org\/1999\/xlink\u0022\u003E\n \n\n\u003Cdiv\u003E\n \n \n\n\n\n\u003Cfigure class=\u0022figure figure--expand text-center info \u0022\u003E\n \u003Cdiv class=\u0022figure__media relative inline-block mx-auto\u0022\u003E\n \u003Ca href=\u0022\/es\/modal\/33262\u0022 rel=\u0022modal:open\u0022 class=\u0022figure__link\u0022\u003E\n \u003Cimg loading=\u0022lazy\u0022 srcset=\u0022\/sites\/default\/files\/styles\/480w\/public\/multimedia_images_2017\/201709usp_deported_bridge_5_.jpg?itok=b7NdZyu2 480w, \/sites\/default\/files\/styles\/embed_xxl\/public\/multimedia_images_2017\/201709usp_deported_bridge_5_.jpg?itok=FwLexavT 946w\u0022 sizes=\u0022(max-width: 524px) 100px, 500px\u0022 width=\u0022946\u0022 height=\u0022710\u0022 data-responsive-image-style=\u0022embedded_images\u0022 src=\u0022\/sites\/default\/files\/styles\/embed_xxl\/public\/multimedia_images_2017\/201709usp_deported_bridge_5_.jpg?itok=FwLexavT\u0022 alt=\u0022A plaque on the bridge between Laredo, Texas, and Nuevo Laredo, Mexico, demarcating the border crossing. \u00a9 2017 Human Rights Watch\u0022\u003E\n\n\n\n \u003Cdiv class=\u0022figure__expand absolute block bottom-0 right-0 w-8 h-8 bg-white text-gray-700\u0022\u003E\n \u003Cspan class=\u0022sr-only\u0022\u003EClick to expand Image\u003C\/span\u003E\n \n\n\n\u003Cdiv class=\u0022icon fill-current w-full inline-block\u0022\u003E\n \u003Csvg viewBox=\u00220 0 20 20\u0022 fill=\u0022currentColor\u0022 role=\u0022img\u0022 focusable=\u0022false\u0022 aria-hidden=\u0022true\u0022\u003E\n \u003Cuse xlink:href=\u0022\/themes\/custom\/hrw_design\/dist\/app-drupal\/assets\/spritemap.svg?cacheBuster=250315#sprite-expand\u0022 \/\u003E\n \u003C\/svg\u003E\n\u003C\/div\u003E\n \u003C\/div\u003E\n \u003C\/a\u003E\n \u003C\/div\u003E\n \u003Cfigcaption class=\u0022figure__info text-left font-serif text-xs md:text-sm lg:text-base mx-auto text-gray-700 mt-1\u0022\u003E\n \u003Cspan class=\u0022figure__caption\u0022\u003EUna placa en el puente entre Laredo, Estados Unidos, y Nuevo Laredo, M\u00e9xico, anuncia el cruce de fronteras.\u0026nbsp;\u00a9 2017 Human Rights Watch\n\u003C\/span\u003E\n \u003C\/figcaption\u003E\n \u003C\/figure\u003E\n\u003C\/div\u003E\n\n \u003C\/div\u003E\n\n\n\n\n\n\n\u003Cp\u003EAlrededor de 2005, cont\u00f3, sali\u00f3 para comprar un refresco en la tienda de la esquina y se detuvo para responder una llamada en su tel\u00e9fono celular por un posible trabajo en Red Lobster. Casi no vio que hab\u00eda tres j\u00f3venes cerca de \u00e9l en la acera, hasta que escuch\u00f3 las sirenas de varios veh\u00edculos de la polic\u00eda que se acercaban, llevando a agentes que mostraban sus armas. Ordenaron a los tres hombres que se recostaran en la acera y, seg\u00fan cuenta, aprehendieron a Mateo por si acaso.\u003Cbr\u003E\u003Cbr\u003E\n\tFue acusado de vender drogas. Cuando aleg\u00f3 su inocencia, recuerda, el abogado designado por el tribunal le dijo: \u201cS\u00ed, todos dicen eso. \u00bfQuieres seguir haci\u00e9ndote el tonto?\u201d. Entonces Mateo se declar\u00f3 culpable. Cont\u00f3 que cumpli\u00f3 seis meses de una condena de tres a\u00f1os, le qued\u00f3 un prontuario por delitos graves y fue deportado, pero que volvi\u00f3 a cruzar la frontera.\u003Cbr\u003E\u003Cbr\u003E\n\tEn Friendswood, Texas, Mateo encontr\u00f3 un buen trabajo en remodelaci\u00f3n de viviendas, conoci\u00f3 a Ashley, una ciudadana estadounidense, y se cas\u00f3 con ella. En cuatro a\u00f1os, tuvieron un ni\u00f1o y dos ni\u00f1as. El Sue\u00f1o Americano del que su madre le hab\u00eda hablado cuando lo llev\u00f3 por primera vez al norte, cuenta, finalmente se estaba haciendo realidad, hasta un d\u00eda de marzo, en Wal-Mart.\u003Cbr\u003E\u003Cbr\u003E\n\tMateo cont\u00f3 que llen\u00f3 su carrito con juguetes para su hijo de siete a\u00f1os, art\u00edculos para el hogar e ingredientes para preparar sus \u201cFrito pies\u201d predilectos, y que no qued\u00f3 lugar para la m\u00e1quina de cappuccino que deseaba comprar para Ashley y \u00e9l. La coloc\u00f3 en el estante debajo del carrito y pas\u00f3 por la caja, pero olvid\u00f3 ponerla en la cinta. La alarma de la tienda son\u00f3 cuando sal\u00eda, y termin\u00f3 en la c\u00e1rcel con un cargo por hurto. El cargo fue desestimado, pero qued\u00f3 detenido por motivos de inmigraci\u00f3n y, a continuaci\u00f3n, lo subieron encadenado a un autob\u00fas para llevarlo a Nuevo Laredo. Sus hijos preguntan constantemente cu\u00e1ndo regresar\u00e1, y \u00e9l no puede darles una respuesta.\u003C\/p\u003E\n\u003C\/div\u003E\n\u003C\/div\u003E\n\u003C\/div\u003E\n\n \n\n \n \n\n \n \n\u003C\/div\u003E\n","settings":null},{"command":"insert","method":"prepend","selector":".js-view-dom-id-blog_live_feed__blog_body_block__308937__es","data":"","settings":null}]