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Un d\u00eda, a mediados de junio, lo encontramos en el Instituto Tamaulipeco para los Migrantes, tras su segunda deportaci\u00f3n en tres meses. Estaba tratando de enviarles un mensaje a su esposa, \u201cMarta\u201d, y a su hijo \u201cThomas\u201d, que cumpl\u00eda 13 a\u00f1os al d\u00eda siguiente, en Georgia.\u003Cbr\u003E\u003Cbr\u003E\n\t\u201cVoy a llamar a Marta para decirle que estoy bien, y hablar, porque realmente no s\u00e9 qu\u00e9 hacer\u201d, cont\u00f3 Alberto. \u201cTengo casas, hipotecas, mis impuestos en orden, tres hijos que nacieron en Georgia\u2026 El juez dijo que lo \u00fanico que podr\u00eda ayudarme es que alguno de ellos tuviera una enfermedad cr\u00f3nica; en ese caso, podr\u00eda conseguir una visa humanitaria. Pero, gracias a Dios, ninguno est\u00e1 enfermo\u201d.\u003C\/p\u003E\n\n\u003Cp\u003E\n\n\n \n\n\n\u003C\/p\u003E\u003Cdiv class=\u0022embed align-right embedded-entity embedded-entity-type-media embedded-entity-bundle-image embedded-entity-viewmode-embeddable embed--right\u0022 xmlns:xlink=\u0022http:\/\/www.w3.org\/1999\/xlink\u0022\u003E\n \n\n\u003Cdiv\u003E\n \n \n\n\n\n\u003Cfigure class=\u0022figure figure--expand text-center info \u0022\u003E\n \u003Cdiv class=\u0022figure__media relative inline-block mx-auto\u0022\u003E\n \u003Ca href=\u0022\/es\/modal\/32599\u0022 rel=\u0022modal:open\u0022 class=\u0022figure__link\u0022\u003E\n \u003Cimg loading=\u0022lazy\u0022 srcset=\u0022\/sites\/default\/files\/styles\/480w\/public\/multimedia_images_2017\/201707us_mexico_albertoz.jpg?itok=t7AbBZ5w 480w, \/sites\/default\/files\/styles\/embed_xxl\/public\/multimedia_images_2017\/201707us_mexico_albertoz.jpg?itok=g2LA5dC6 946w\u0022 sizes=\u0022(max-width: 524px) 100px, 500px\u0022 width=\u0022946\u0022 height=\u00221261\u0022 data-responsive-image-style=\u0022embedded_images\u0022 src=\u0022\/sites\/default\/files\/styles\/embed_xxl\/public\/multimedia_images_2017\/201707us_mexico_albertoz.jpg?itok=g2LA5dC6\u0022 alt=\u0022Alberto Z. habla con investigadores de Human Rights Watch en el Instituto Tamaulipeco en Nuevo Laredo, M\u00e9xico.\u0022\u003E\n\n\n\n \u003Cdiv class=\u0022figure__expand absolute block bottom-0 right-0 w-8 h-8 bg-white text-gray-700\u0022\u003E\n \u003Cspan class=\u0022sr-only\u0022\u003EClick to expand Image\u003C\/span\u003E\n \n\n\n\u003Cdiv class=\u0022icon fill-current w-full inline-block\u0022\u003E\n \u003Csvg viewBox=\u00220 0 20 20\u0022 fill=\u0022currentColor\u0022 role=\u0022img\u0022 focusable=\u0022false\u0022 aria-hidden=\u0022true\u0022\u003E\n \u003Cuse xlink:href=\u0022\/themes\/custom\/hrw_design\/dist\/app-drupal\/assets\/spritemap.svg?cacheBuster=250315#sprite-expand\u0022 \/\u003E\n \u003C\/svg\u003E\n\u003C\/div\u003E\n \u003C\/div\u003E\n \u003C\/a\u003E\n \u003C\/div\u003E\n \u003Cfigcaption class=\u0022figure__info text-left font-serif text-xs md:text-sm lg:text-base mx-auto text-gray-700 mt-1\u0022\u003E\n \u003Cspan class=\u0022figure__caption\u0022\u003EAlberto Z. habla con investigadores de Human Rights Watch en el Instituto Tamaulipeco en Nuevo Laredo, M\u00e9xico.\u0026nbsp;\u00a9 2017 Human Rights Watch\n\u003C\/span\u003E\n \u003C\/figcaption\u003E\n \u003C\/figure\u003E\n\u003C\/div\u003E\n\n \u003C\/div\u003E\n\n\n\n\n\n\n\u003Cp\u003EAlberto dej\u00f3 Cuernavaca, M\u00e9xico, cuando ten\u00eda 21 a\u00f1os e hizo dedo hasta Estados Unidos, sin conocer a nadie. Conoci\u00f3 a Marta, que tambi\u00e9n es indocumentada, cuando \u00e9l era cocinero y ella camarera en un restaurante mexicano del \u00e1rea suburbana de Atlanta. Se casaron, se mudaron a Sugar Hill, y comenzaron una familia.\u003Cbr\u003E\u003Cbr\u003E\n\tCon sus tres hijos, la familia asist\u00eda a la iglesia pentecostal los domingos, pasaba tiempo los fines de semana en el parque, y se tomaba breves vacaciones familiares en Savannah, Georgia, o en Clearwater, Florida. Su beb\u00e9, \u201cNatalia\u201d, naci\u00f3 en noviembre pasado, alrededor de la misma \u00e9poca en que sus hijos varones \u2014Thomas y \u201cNelson\u201d, que tiene 10 a\u00f1os\u2014 obtuvieron sus cinturones negros en artes marciales mixtas.\u003Cbr\u003E\u003Cbr\u003E\n\tAlberto trabajaba a solo diez minutos de su casa, pero hace cinco a\u00f1os, cuando volv\u00eda del trabajo, fue detenido en un ret\u00e9n policial. La polic\u00eda vio que no ten\u00eda licencia de conducir \u2014en Georgia no se expiden licencias a inmigrantes indocumentados\u2014 y lo detuvo durante tres d\u00edas, hasta que llegaron autoridades del Servicio de Inmigraci\u00f3n y Control de Aduanas (Immigration and Customs Enforcement, ICE) y lo llevaron a un centro de detenci\u00f3n en el condado de Irwin, Georgia. \u201cMis hipotecas, mis impuestos, todo estaba en orden\u201d, dice Alberto. Ten\u00eda antecedentes por conducir bajo la influencia de sustancias en 2007, pero hab\u00eda cumplido con todos los requerimientos para que la situaci\u00f3n quedara atr\u00e1s. Su abogado solicit\u00f3 la \u201ccancelaci\u00f3n de la deportaci\u00f3n\u201d, que permite permanecer en Estados Unidos a algunas personas que han vivido en el pa\u00eds durante al menos 10 a\u00f1os en situaci\u00f3n irregular y cuyos familiares con ciudadan\u00eda estadounidense sufrir\u00edan \u201cdificultades excepcionales e inusuales\u201d si la persona fuera deportada. Mientras su caso se encontraba en curso, Alberto recibi\u00f3 un permiso de trabajo temporal, renovable cada a\u00f1o.\u003Cbr\u003E\u003Cbr\u003E\n\tEn 2016, sin embargo, Alberto tuvo su audiencia de cancelaci\u00f3n y esta fue denegada. Cuando la apelaci\u00f3n fue denegada, continu\u00f3 present\u00e1ndose, como lo requer\u00eda el ICE. El 18 de febrero, cuando Alberto se present\u00f3, el ICE lo arrest\u00f3 de inmediato, lo tuvo detenido en un celda durante un par de semanas y lo envi\u00f3 a Brownsville, Texas, para deportarlo a Matamoros, M\u00e9xico.\u003Cbr\u003E\u003Cbr\u003E\n\tA principios de junio, Alberto pag\u00f3 US$7.000 para cruzar el R\u00edo Grande en una embarcaci\u00f3n y ser guiado por el desierto. Despu\u00e9s de tres noches y dos d\u00edas de caminar con una temperatura agobiante, su grupo de cinco personas se separ\u00f3, y \u00e9l qued\u00f3 con otro migrante que estaba exhausto y debilitado. \u201cTuve que llevarlo hasta la autopista\u201d, cuenta Alberto \u2014y all\u00ed es donde lo atrap\u00f3 la Patrulla Fronteriza\u2014.\u003Cbr\u003E\u003Cbr\u003E\n\tEn Georgia, la familia ha estado viviendo de los ahorros de Alberto y del dinero obtenido de la venta de su camioneta. Su iglesia les da frutas y alimentos una vez por semana.\u003Cbr\u003E\u003Cbr\u003E\n\t\u201cQuiero arreglar las cosas de manera legal ahora\u201d, nos dijo Alberto. \u201cPodr\u00eda parecer m\u00e1s r\u00e1pido cruzar de manera ilegal, pero puedes morir de deshidrataci\u00f3n o por una mordedura de serpiente\u201d. Lamentablemente, las leyes que rigen en la actualidad en EE. UU. har\u00e1n que sea casi imposible que Alberto regrese a vivir con su familia de manera legal.\u0026nbsp;\u003C\/p\u003E\n\u003C\/div\u003E\n\u003C\/div\u003E\n\u003C\/div\u003E\n\n \n\n \n \n\n \n \n\u003C\/div\u003E\n","settings":null},{"command":"insert","method":"prepend","selector":".js-view-dom-id-blog_live_feed__blog_body_block__306215__es","data":"","settings":null}]