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26 de mayo de 2016
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Los derechos humanos en las cadenas de suministro
Una costurera trabaja en un edificio aledaño al sitio donde ocurrió el derrumbe del edificio Plaza Rana. © 2014 G.M.B. Akash / Panos
Empleadas de una fábrica de costura en Phnom Penh, capital de Camboya. Las mujeres constituyen aproximadamente el 90 por ciento de la fuerza laboral de la industria textil de Camboya, que produce ropa para muchas marcas internacionales. Human Rights Watch ha documentado que los trabajadores en muchas fábricas de Camboya están obligados a trabajar horas extra y son sometidos repetidamente a contratos de corta duración usados para discriminar a los organizadores sindicales y a las trabajadoras visiblemente embarazadas. © 2014 Samer Muscati/Human Rights Watch
Víctimas de la caída del edifico Rana Plaza en 2013 y sus familias se manifiestan en el lugar donde tuvo lugar el desastre, para reclamar una plena indemnización. El catastrófico derrumbe del edificio acabó con la vida de más de 1.100 trabajadores e hirió a más de 2.000. © 2014 G.M.B. Akash/Panos
Empleadas de una fábrica de costura en Phnom Penh, capital de Camboya. Las mujeres constituyen aproximadamente el 90 por ciento de la fuerza laboral de la industria textil de Camboya, que produce ropa para muchas marcas internacionales. Human Rights Watch ha documentado que las trabajadoras en Camboya sufren con frecuencia horas extraordinarias obligatorias, discriminación por embarazo y la denegación de una baja maternal pagada. © 2014 Samer Muscati/Human Rights Watch
Ghana es uno de los 10 principales productores de oro del mundo. Aproximadamente un tercio del oro de Ghana es extraído de minas artesanales a pequeña escala, que suelen operar de manera ilegal y utilizan el trabajo infantil. Dos niños, de 9 y 12 años, muestran su trabajo diario de lavar y escurrir el mineral de oro en Homase, en el distrito de Amansie Central, en la región de Ashanti. © 2014 Juliane Kippenberg/Human Rights Watch.
Un niño de 13 años excava en busca de oro en una mina de pequeña escala en la región de Mbeya, en Tanzania. “Estaba excavando con mi compañero”, dijo. “Entré en una pequeña fosa. Cuando empecé a cavar me dijo que saliera y cuando estaba a punto de salir, el pozo se hundió dejándome enterrado hasta el pecho (…) Empezaron a rescatarme excavando la fosa y me enviaron al hospital de Chunya”. El accidente dejó inconsciente al niño y le causó lesiones internas. Tuvo que permanecer hospitalizado una semana y todavía siente ocasionales dolores en la cintura cuando se sienta. Después del accidente, tenía miedo de volver a las fosas, pero sentía que no tenía alternativa, explicó. “Voy cuando mi tía viaja porque necesito algo para poder mantenerme”. Las compañías que comercian con oro tienen una responsabilidad de garantizar que no causan ni contribuyen al trabajo infantil. © 2013 Justin Purefoy para Human Rights Watch.
Elena G., una joven de 16 años, con la ropa y los guantes de trabajo en una tabacalera del Condado de Lenoir, en Carolina del Norte. Elena vive con su familia en una vivienda móvil. Desde que cumplió 12 años ha pasado sus vacaciones de verano trabajando como jornalera en las plantaciones de tabaco de varios condados cercanos. “Cuando estoy en las plantaciones no siento que nada sea diferente de cuando tenía 12 años”, dijo. “[Todavía] tengo dolores de cabeza (…) y sufro del estómago. También siento náuseas… Siento como si el estómago me diera vueltas. Como si estuviera a punto de vomitar”. Estos síntomas son consistentes con los de intoxicación aguda por nicotina, una enfermedad laboral específica del cultivo de tabaco, que ocurre cuando los trabajadores absorben la nicotina a través de la piel mientras están en contacto con las plantas de tabaco. © 2015 Benedict Evans para Human Rights Watch
Atraídos por la promesa de trabajo, miles de hombres de India, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka y Nepal trabajan en la Isla Saadiyat en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), un proyecto de desarrollo donde se abrirán sucursales de los museos del Louvre y el Guggenheim, y un campus de la Universidad de Nueva York (NYU). El proyecto se ha convertido en un blanco de escrutinio público por el trato que EAU está dando a los trabajadores migrantes. La primera vez que Human Rights Watch reveló graves abusos de derechos humanos en Saadiyat fue en un informe de 2009. Una actualización del informe en 2015 destacó que sigue habiendo problemas significativos, a pesar de la institución de códigos de conducta para los contratistas. Entre ellos se destacan las violaciones sistemáticas de los derechos humanos de los trabajadores migrantes en la isla, como el trabajo forzoso. Hoy en día la situación sigue suscitando mucha preocupación. © 2010 Samer Muscati/Human Rights Watch
Un niño utiliza tenazas para sumergir pieles en un pozo de químicos disueltos en una curtiduría de cuero de Hazaribagh. A pesar de que el derecho internacional vinculante en Bangladesh y las propias leyes laborales del país que prohíben emplear a niños menores de 18 años para desempeñar trabajos peligrosos, muchos niños trabajan en las curtidurías de cuero de Hazaribagh. © 2012 Arantxa Cedillo/Human Rights Watch
Durante el auge en la inversión extranjera en Mozambique, el gobierno y varias empresas multinacionales desplazaron a las comunidades locales de sus tierras fértiles para abrir paso a la minería de carbón. El paquete de indemnización incluía una vivienda, pero la tierra no tenía buen acceso al agua y no era compatible con el cultivo de sus alimentos básicos. “La tierra agrícola que recibimos es roja, no negra como la que teníamos antes. Intenté sembrar maíz pero murió. El sorgo también fracasó (…) No estoy tan satisfecha. Lo que puedo decir es, ¿de qué sirve una casa si no hay comida? No me puedo comer la casa”, dijo María C. © 2012 Samer Muscati / Human Rights Watch
Tema
Justicia económica y derechos
Derechos del niño
Trabajo infantil
Environment and Health