Campamentos de reagrupamiento en Burundi han sido condenados
Decenas de miles de personas continúan detenidas

(Nueva York, 19 de julio de 2000) — Aunque el gobierno de Burundi había prometido a Nelson Mandela que cerraría sus campos de "reagrupamiento", tal promesa sigue sin cumplirse según un informe publicado hoy por Human Rights Watch.

Las autoridades de Burundi afirman que han enviado a la gente a estos campamentos para protegerla. Pero es más probable que mueran en los campamentos de hambre y enfermedades que si estuvieran en sus aldeas.

Peter Takirambudde, Director Ejecutivo de la División de África de Human Rights Watch


El ex-presidente de Sudáfrica conducirá la nueva ronda de conversaciones de paz que empieza mañana. Los grupos rebeldes de Burundi, que son esenciales para cualquier intento de acabar con los seis años de guerra, han afirmado que sólo acudirán a las reuniones si los campamentos de reagrupamiento son cerrados.

El informe de 35 páginas "Emptying the Hills" ("Desocupando los montes") afirma que el gobierno de Burundi forzó a casi 350.000 personas a trasladarse a estos campamentos. A pesar de que el presidente de Burundi, Pierre Buyoya, le había prometido a Mandela que iba a cerrar los campamentos antes del 31 de julio, decenas de miles personas continúan viviendo allí.

El informe también detalla los abusos de las Fuerzas Nacionales para la Liberación (Forces Nationales pour la Libération, FNL), un grupo rebelde que esta combatiendo contra el gobierno de Burundi.

En septiembre de l999 los soldados del gobierno de Burundi comenzaron a forzar a los ciudadanos a irse de sus casas y a construir albergues temporales con palos, hojas de platáno y láminas de plástico en lugares designados, donde frecuentemente escaseaban el agua y los servicios santarios. Familias enteras han vivido durante meses en estas estruturas de una sola habitación. Además, tienen prohibido salir regularmente para cultivar los campos de los que dependían para su manutención, por lo que los residentes del campo han sido forzados depender de las donaciones internacionales de comida, que generalmente son insuficientes.

"Las autoridades de Burundi afirman que han enviado a la gente a estos campamentos para protegerla" dice Peter Takirambudde, director ejecutivo de la división de África de Human Rights Watch. "Pero es más probable que mueran en los campamentos de hambre y enfermedades que si estuvieran en sus aldeas".

Estar secuestrados en los campamentos no los protegió de la guerra civil, que era el propósito del gobierno. El informe de Human Right Watch afirma que cuando los soldados y los guerilleros combatan dentro y en los alrededores de los campamentos los residentes no pueden huir y algunos han sido alcanzados y hasta asesinados por los balazos. De acuerdo con el informe, los soldados han torturado y matado a guerilleros localizados en los campamentos y también han violado a mujeres. Han saqueado las casas de personas que fueron forzadas a abandonarlas, hasta el punto de quitar los tejados metálicos para revenderlos en la capital, Bujumbara. También han obligado a los residentes de los campamentos a acarrear agua y leña para los soldados y han utilizado a niños como espías y ayudantes en sus operaciones de pillaje.

El informe también condena las violaciones de la ley humanitaria internacional por el FNL. "Los rebeldes han usado los campamentos como bases para atacar los rehenes militares cercanos", dijo Takirambudde. "Esto expone a los civiles al riesgo de ser heridos o asesinados, y también viola las leyes de guerra". De acuerdo con el informe, el FNL ha hecho emboscadas y matado a personas que viajaban por carretera cerca de la capital, y han asesinado a otros que se negaron a apoyar su causa.

Así mismo, han secuestrado y violado mujeres y han reclutado a niños para servir en sus filas, lo cual constituyen violaciones de la ley humanitaria internacional. "Si el FNL va ser parte de las negociaciones, tiene que obligar a sus combatientes a que obedezcan la ley humanitaria internacional", dijo Takirambudde.

Human Rights Watch pidió a los actores internacionales que tienen influencia sobre Burundi que presionen al gobierno para que cierre los campamentos antes de la fecha del 31 de julio, y para que no continúe forzando el desplazamiento de civiles, incluso si las actividades de los rebeldes se incrementan durante un periodo a causa de las negociaciones de paz. Human Rights Watch urgió a la comunidad internacional a que use sus contactos con el FNL para insistir en que sus combatiente cesen los ataques a civiles y otras violaciones de la ley humanitaria inernacional. INFORME ANUAL 2001 — DERECHOS HUMANOS EN BURUNDI (información en inglés) LA GUERRA EN BURUNDI (información en inglés) REGRESAR

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