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México: Un gran avance en el tratamiento del dolor

Implementa un moderno sistema moderno para prescribir analgésicos fuertes

(México) – La introducción por parte de México el 15 de junio de 2015 de un nuevo sistema para la prescripción y dispensación de analgésicos fuertes que necesitan receta médica especial mejorará significativamente la atención de salud para las personas con enfermedades avanzadas, señaló hoy Human Rights Watch.

Un paciente de 70 años con un melanoma falleció en la unidad de cuidados paliativos del Instituto Nacional de Cancerología de la Ciudad de México, el 28 de agosto de 2014. Su hija lo había llevado al hospital después de viajar con él durante horas debido a que no tenían acceso a ningún a servicio de cuidado paliativo cercano a su casa. © 2014 Ed Kashi/VII Photo for Human Rights Watch

“Esta es una muy buena noticia para los pacientes y sus familias”, dijo Diederik Lohman, director asociado de la División de Salud y Derechos Humanos de Human Rights Watch. “Mejorará significativamente el acceso a medicamentos esenciales que han estado fuera del alcance de decenas de miles de personas que han estado sufriendo innecesariamente”.

Estimaciones de la Organización Mundial de la Salud y la Alianza Mundial para el Cuidado Paliativo y Hospicios sugieren que más de la mitad de las 600.000 personas que mueren cada año en México requieren cuidados paliativos, incluyendo con frecuencia el tratamiento para el dolor agudo.

El nuevo sistema permite a los médicos descargar desde un sitio web seguro recetas especiales con códigos de barras necesarios para prescribir analgésicos opioides. También introduce un sistema de registro electrónico para las farmacias.

Hasta ahora, los médicos tenían que viajar en persona a las capitales de estado para obtener las etiquetas con código de barras, un requisito que requería mucho tiempo y que desalentaba a muchos médicos a prescribir estos medicamentos. Las farmacias tenían que mantener un seguimiento de todas las transacciones relacionadas con estos medicamentos en varios libros de control, una carga burocrática considerable.

Los analgésicos opioides como la morfina son esenciales para el tratamiento del dolor de moderado a severo en casos como el cáncer, entre otras enfermedades. Debido a la posibilidad de desvío y uso indebido, el derecho internacional exige a los países regular la prescripción y distribución de estos medicamentos.

Un informe de 2014 de Human Rights Watch encontró que las regulaciones de México suponían una carga tan grande que la gran mayoría de los médicos, especialmente aquellos que viven fuera de las capitales de estado, simplemente no recetaban estos medicamentos y que muy pocas farmacias los tenían en reserva.

El informe de Human Rights Watch detallaba las dramáticas consecuencias para los pacientes con cáncer y otras enfermedades avanzadas, que a menudo se veían obligados a elegir entre viajar largas distancias para obtener medicamentos para el dolor o afrontar una dolorosa agonía sin alivio en casa.

Remedios Ramírez, una mujer de 73 años con un cáncer de páncreas en estado avanzado, contó a Human Rights Watch que tenía que viajar cuatro horas en cada sentido desde el estado de Hidalgo a la Ciudad de México para obtener morfina, porque los hospitales más cercanos a su casa no tenían médicos que pudieran recetársela.

En marzo de 2013, después de que Human Rights Watch, la Fundación Mexicana para la Salud y proveedores locales de cuidados paliativos alertaran a las autoridades sobre los problemas con la prescripción legítima de analgésicos opioides, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), la agencia reguladora de los medicamentos de México, anunció que desarrollaría un sistema electrónico como parte de su esfuerzo por mejorar los cuidados al final de la vida.

Además de simplificar la prescripción de analgésicos opioides, este sistema electrónico también mejorará la supervisión gubernamental de su uso.

Human Rights Watch descubrió en 2011 que las farmacias no podían escanear las etiquetas de código de barras en las recetas de analgésicos opioides para certificarlas porque no estaban vinculados a un sistema central. Por eso, el requisito de los códigos de barras, diseñado para permitir una estrecha supervisión de la prescripción y dispensación de analgésicos opioides, en realidad no sólo no impedía el uso ilícito, también creaba una barrera importante para su uso legítimo.

Bajo el nuevo sistema, las farmacias podrán certificar las recetas utilizando el código de barras, y las etiquetas quedarán automáticamente anuladas una vez que hayan sido escaneadas. El gobierno mexicano debería garantizar que los médicos y las farmacias están debidamente capacitados en el nuevo sistema, recomendó Human Rights Watch.

El nuevo sistema para la prescripción de analgésicos opioides forma parte de una serie de medidas por parte del gobierno mexicano para mejorar el acceso a los cuidados paliativos y la atención al final de la vida. El tratamiento del dolor es un componente importante de este tipo de atención médica.

En diciembre de 2014, el Ministerio de Salud emitió directrices para que su sistema sanitario nacional implementara las disposiciones sobre la atención al final de la vida, detalladas en la ley general de salud de México de 2009, y creó un departamento para desarrollar los cuidados paliativos.

En enero, el gobierno adoptó un acuerdo interinstitucional sobre los cuidados paliativos, que los hizo obligatorios e instruyó a las escuelas de medicina a incluirlo en sus planes de estudio.

Si bien México ha dado pasos significativos en la mejora del acceso a los cuidados paliativos, sigue habiendo retos importantes pendientes. Human Rights Watch descubrió que la disponibilidad de cuidados paliativos sigue siendo desigual y limitada en todo el país. Hasta octubre, siete de los 32 estados de México no tenían ni un solo hospital que ofreciese cuidados paliativos, y en otros 17 estados, los servicios de cuidados paliativos solamente existían en las ciudades capitales.

“Este nuevo sistema elimina las principales barreras administrativas que han desalentado el uso de medicamentos para tratar el dolor severo”, dijo Lohman. “Sin embargo, muchos médicos y farmacias no los han utilizado nunca así que la capacitación será esencial”.

 

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