Skip to main content

(Nueva York) – Las milicias, los combatientes voluntarios y las fuerzas de seguridad iraquíes incurrieron en la destrucción deliberada de bienes civiles, una vez que estas fuerzas, después de los ataques aéreos de Estados Unidos e iraquíes, forzaran la retirada de los combatientes del Estado Islámico (también conocido como ISIS) de la localidad de Amerli y las zonas circundantes a principios de septiembre de 2014, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy. El gobierno iraquí debe frenar a las milicias, y los países que participan en la lucha contra ISIS, como Estados Unidos e Irán, deben asegurarse de que las operaciones militares y otras formas de apoyo a la lucha contra ISIS no allanan el camino para este tipo de abusos.

El informe de 31 páginas, “After Liberation Came Destruction: Iraqi Militias and the Aftermath of Amerli” (“Después de la liberación vino la destrucción: Las milicias iraquíes y las secuelas en Amerli”), documenta, a partir de visitas sobre el terreno, el análisis de imágenes de satélite, entrevistas a víctimas y testigos y la revisión de evidencias fotográficas y de video, que las milicias saquearon bienes de civiles sunitas que habían huido del conflicto, incendiaron sus casas y negocios y destruyeron al menos dos pueblos enteros. Estas acciones constituyen una violación de las leyes de la guerra. Human Rights Watch también documentó el secuestro de 11 hombres durante la operación, en septiembre y octubre.

“Irak no puede ganar la lucha contra las atrocidades de ISIS con ataques contra civiles que violan las leyes de la guerra y atentan contra la decencia humana”, dijo Joe Stork, subdirector para Medio Oriente y Norte de África de Human Rights Watch. “Los abusos de las milicias están haciendo estragos entre algunas de las personas más vulnerables de Irak y están exacerbando las hostilidades sectarias”.

El 2 de marzo de 2015, las fuerzas de seguridad iraquíes y las milicias chiitas lanzaron un asalto sobre Tikrit, capital de la provincia de Salah al-Din, para derrotar a ISIS en la zona. En Tikrit tuvo lugar el pasado mes de junio una masacre de al menos 1.000 soldados iraquíes por parte de ISIS.

A finales de agosto, después de un asedio de tres meses por parte de ISIS, las operaciones en tierra de las milicias chiitas progubernamentales y las fuerzas terrestres del gobierno iraquí y kurdo, respaldadas por ataques aéreos iraquíes y estadounidenses, echaron a ISIS de Amerli, en la provincia de Salah al-din. A excepción de algunos enfrentamientos esporádicos, la zona se ha mantenido desde entonces prácticamente libre de combatientes de ISIS, aseguran los residentes.

Después de las operaciones para acabar con el asedio, las milicias, los combatientes voluntarios y las fuerzas de seguridad iraquíes hicieron redadas en aldeas y barrios sunitas alrededor de Amerli en las provincias de Salah al-Din y Kirkuk. Muchas eran localidades por los que ISIS había pasado y que en algunos casos había utilizado como bases. Parece que las milicias planearon al menos algunos de estos ataques con antelación, lo cual plantea interrogantes acerca de si los órganos políticos y militares del gobierno que supervisan las milicias son responsables de la planificación de los ataques.

En otras partes de Irak y en Siria, Human Rights Watch ha documentado serios abusos y crímenes de guerra cometidos por al-Qaeda y luego ISIS, que muy probablemente constituyen crímenes contra la humanidad.

Muchos residentes sunitas huyeron de la zona durante el asedio de Amerli por ISIS. Personas entrevistadas por Human Rights Watch dijeron que ISIS se centró en las viviendas y propiedades de las personas que creían que estaban relacionadas con el gobierno iraquí, pero que no atacó a los demás residentes.

Veinticuatro testigos, entre ellos combatientes Peshmerga y jeques locales, afirmaron a Human Rights Watch que vieron cómo milicias saquearon aldeas alrededor de Amerli después de que terminara la ofensiva contra ISIS y justo antes de que destruyeran viviendas en la localidad. Describieron ver cómo los milicianos sacaban de las casas bienes de valor, como refrigeradores, televisores, ropa e incluso cables eléctricos, para luego incendiarlas.

Los residentes contaron a Human Rights Watch que las milicias, cuyos vehículos e insignias los identificaban como parte de las Brigadas Badr, Asa'ib Ahl al-Haqq, Kita'ib Hezbollah y Saraya Tala'a al-Khorasani, destruyeron, en parte o en su totalidad, numerosos pueblos situados entre las localidades de al-Khales, en la provincia sureña de Diyala, y Amerli, unos 50 kilómetros al norte.

Combatientes de las fuerzas kurdas Peshmerga que se unieron al gobierno en la operación de Amerli dijeron a Human Rights Watch que vieron 47 aldeas en las que las milicias habían destruido y saqueado casas, negocios, mezquitas y edificios públicos.

Las imágenes satelitales analizadas por Human Rights Watch corroboraron estos testimonios. Las imágenes muestran que la mayoría de los daños fueron resultado de los incendios y demoliciones intencionales de edificios y que fueron causados después de que las milicias y las fuerzas de seguridad hubieran levantado el asedio de Amerli y después de que las fuerzas de ISIS hubieran huido de la zona, entre principios de septiembre y mediados de noviembre.

Human Rights Watch no documentó denuncias de asesinatos de civiles en esta operación pero ha documentado las denuncias de asesinatos de milicias y otros abusos en numerosas otras áreas de Irak en varios informes de 2013 y 2014. Los informes de medios de comunicación de presuntos abusos cometidos por las milicias durante el enfrentamiento aumentaron drásticamente a finales de 2014 y 2015. El 17 de febrero, el clérigo chiíta Muqtada al-Sadr condenó los abusos de las milicias y anunció la suspensión de las actividades de las dos milicias que supervisa, Youm al-Mawoud y Saraya al-Salam, que también habían estado luchando contra ISIS.

En una carta fechada el 25 de febrero y enviada el 12 de marzo, la oficina del primer ministro al-Abadi respondió a Human Rights Watch sobre los principales puntos del informe. La oficina del primer ministro reconoció que existieron "irregularidades individuales ajenas a la conducta del gobierno." La respuesta asentó que se realizaron arrestos en algunos de estos casos, pero que las presuntas víctimas no comparecieron ante el tribunal para refrendar las alegaciones. Afirmó que los abusos atribuidos a Hashd al-Shaabi (movilizaciones populares) fueron en realidad cometidos por ISIS y que "la mayoría del material de los sitios web de Internet" eran "imágenes falsas." La respuesta no incluyó comentarios sobre las imágenes de satélite que muestran que los daños mayores por incendio tuvieron lugar después de que las áreas en cuestión fueron ocupadas por miembros de la milicia y estuvieron bajo control de Hashd al-Shaabi.

El gobierno iraquí debe frenar a las milicias con el fin de disolverlas, recomendó Human Rights Watch. El primer ministro Hayder al-Abadi debe tomar medidas inmediatas para proteger a los civiles en las zonas donde están luchando las milicias, evaluar y atender las necesidades humanitarias de los desplazados y asegurarse de que los líderes de las milicias y combatientes responsables de delitos graves, como los documentados en este informe, rinden cuentas.

En un artículo de opinión publicado el 18 de diciembre de 2014 en el diario The Wall Street Journal, al-Abadi prometió “someter… a todos los grupos armados al control estatal. Ningún grupo armado o milicia operará al margen o de manera paralela a las Fuerzas de Seguridad Iraquíes”. Los abusos que Human Rights Watch documentó muestran que es imperativo que al-Abadi cumpla su palabra.

El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas debe documentar públicamente los crímenes cometidos por las milicias y las fuerzas de seguridad contra civiles, así como también los crímenes de ISIS, dijo Human Rights Watch. Los países que brindan asistencia militar a Irak, como Estados Unidos e Irán, deben exigir que el gobierno demuestre que está tomando medidas efectivas para acabar con los graves crímenes de las milicias.

“Irak claramente afronta serias amenazas en su conflicto con ISIS, pero los abusos cometidos por las fuerzas que combaten ISIS son tan desenfrenados y atroces que están amenazando a Irak en el largo plazo”, señaló Stork. “Los iraquíes se encuentran atrapados entre los horrores cometidos por ISIS y el comportamiento abusivo de las milicias, y son los iraquíes más vulnerables los que están pagando el precio”.
 

Your tax deductible gift can help stop human rights violations and save lives around the world.

Región / País

Las más vistas