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En Nueva York, un joven de 16 años que sea sorprendido colándose en el metro será automáticamente acusado por un tribunal de adultos y puede ser sentenciado a pasar una temporada en una prisión de adultos. En Florida, adolescentes de apenas 14 años pueden ser juzgados como adultos por un amplio espectro de crímenes, incluyendo delitos no violentos como el hurto o el vandalismo. De hecho, en todos los estados de EE.UU. está permitido que los niños sean procesados judicialmente como adultos en, al menos, varias circunstancias.

Dado lo extendido de la práctica, la mayoría de los jueces, fiscales y carceleros en EE.UU. se sorprendería al enterarse de que su gobierno ha ratificado un tratado que incluye una disposición que establece que los menores de edad acusados de crímenes no deben permanecer detenidos junto a los adultos y deben ser tratados de una manera apropiada a su edad. Cuando EE.UU. adoptó este tratado –el Pacto Internacional por los Derechos Civiles y Políticos– en 1992, incluía una excepción para mantener el derecho a tratar y sentenciar a los niños como adultos en “circunstancias excepcionales”.

EE.UU. parece tener una amplia definición de “circunstancias excepcionales”, puesto que se estima que unos 250.000 menores en EE.UU. son juzgados como adultos cada año por delitos que van desde el hurto en comercios hasta el homicidio.

La práctica de EE.UU. en virtud del Pacto está siendo analizada esta semana en Ginebra por parte del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, un grupo de 18 expertos independientes encargado de monitorear cómo los países cumplen con sus obligaciones bajo el tratado. En sus conclusiones de 2006 sobre EE.UU., el Comité expresó “su preocupación por las informaciones de que el tratamiento de los menores como adultos no se aplicaba sólo en circunstancias excepcionales”.  EE.UU. debería  adelantarse a futuras críticas y anunciar que va a tratar de retirar su salvedad de “circunstancias excepcionales”.

Mientras tanto, en EE.UU., después de haber sido acusados y a veces condenados como adultos, cada día aproximadamente unos 10.000 niños permanecen detenidos en cárceles o prisiones para adultos. Algunos están cumpliendo cadena perpetua sin libertad condicional, a pesar de que recientes casos en la Corte Suprema de EE.UU. hayan limitado la práctica. Pueden ser sometidos a regímenes de aislamiento y con frecuencia son víctimas de violación y otras formas de violencia.

Los menores que han cometido delitos deben rendir cuentas por ellos, pero EE.UU. puede encargarse de eso sin tener que recurrir a juicios en tribunales para adultos o encarcelamientos en prisiones para adultos. 

 

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