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Consejo de Derechos Humanos de la ONU: Débil posición con respecto a las normas sobre negocios

Se necesitan reglas mundiales, no sólo orientación

(Ginebra) - El Consejo de Derechos Humanos de la ONU desperdició una oportunidad de adoptar medidas significativas para frenar los abusos contra los derechos humanos en el ámbito de los negocios, señaló hoy Human Rights Watch.

El 16 de junio de 2001, el Consejo refrendó una serie de "Principios rectores sobre empresas y derechos humanos" y anunció la formación de un grupo de trabajo y un encuentro anual de representantes de empresas, gobiernos y la sociedad civil centrado en la divulgación y el análisis de dichos principios. Los principios son el resultado final del mandato de John Ruggie, un profesor de Harvard que ha ejercido de Representante Especial de la ONU sobre empresas y derechos humanos desde 2005.

El Consejo no estableció un mecanismo para garantizar que se pongan en práctica las medidas básicas para proteger los derechos humanos estipuladas en los Principios rectores, señaló Human Rights Watch. Los Principios rectores no establecen una normativa global, como han sugerido algunos.

"En la práctica, el Consejo ha refrendado el estatus quo: un mundo en el que se anima, no se obliga, a las empresas a respetar los derechos humanos", afirmó Arvind Ganesan, director de Negocios y Derechos Humanos en Human Rights Watch. "Las orientaciones no son suficientes, necesitamos un mecanismo que examine la manera en que las empresas y los gobiernos aplican estos principios", agregó.

Human Rights Watch ha documentado toda una variedad de abusos relacionados con los negocios alrededor del mundo. Algunos ejemplos de temáticas recientes incluyen las violaciones en grupo por parte de trabajadores de seguridad de las minas en Papúa Nueva Guinea, las represalias contra los trabajadores que intentan sindicarse en Estados Unidos, la intoxicación con plomo de niños en fábricas de China, y el trabajo infantil peligroso en las explotaciones de tabaco de Kazajstán. Aunque dichas prácticas vulnerarían los nuevos Principios rectores, la resolución del Consejo no establece un proceso para prevenir o responder a estos abusos, señaló Human Rights Watch.

El Consejo desestimó las recomendaciones de docenas de organizaciones de la sociedad civil, entre ellas Human Rights Watch, que reclamaban un firme seguimiento de la labor de Ruggie, con un mecanismo que evaluara si las empresas y los gobiernos han puesto en práctica los principios. En cambio, el Consejo decidió crear un grupo de trabajo de cinco miembros, que se designaran en septiembre de 2011, para promover y divulgar los Principios rectores. También invitó al grupo a considerar opciones y formular recomendaciones con el fin de mejorar el acceso de las víctimas a remedios.

El Consejo decidió también que iba a crear un nuevo Foro sobre Negocios y Derechos Humanos para que los gobiernos, las empresas y otros agentes se reúnan todos los años y hagan un análisis general de la aplicación de los Principios rectores. Esta medida iba en consonancia con la opinión de las organizaciones empresariales, que se opusieron a un mayor escrutinio y defendieron enérgicamente la atemperación del foro. No está clara la diferencia entre este foro y el Pacto Mundial de la ONU, una iniciativa modesta para abordar la responsabilidad corporativa que se emprendió en 1999.

"Las personas que sufren prácticas empresariales abusivas necesitan algo más que otra conferencia sobre lo que deberían hacer las empresas", señaló Ganesan. "Si el compromiso con estos principios es real, ¿por qué deberían tener miedo las empresas y los gobiernos de examinar su implementación de manera significativa?", agregó.

La estrategia minimalista del Consejo de Derechos Humanos contrasta claramente con la medida adoptada el mismo día por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de crear un nuevo tratado histórico para proteger los derechos de los trabajadores domésticos, señaló Human Rights Watch.

El nuevo tratado de la OIT contiene disposiciones detalladas que obligan a los gobiernos a regular las agencias de empleo privadas e investigar las denuncias.

"La abrumadora mayoría de los miembros de la OIT defendieron los derechos humanos, a pesar de la oposición de algunas empresas y gobiernos", afirmó Ganesan. "Sin embargo, los miembros del Consejo no han mostrado hasta ahora un liderazgo real para elevar las normas sobre responsabilidad corporativa", agregó.El objetivo de los Principios rectores es ofrecer una "norma global autorizada" y, en el seno del Consejo de Derechos Humanos, los gobiernos los describieron como "recomendaciones globales". Sin embargo, Human Rights Watch cree que los Principios rectores no son más que una respuesta parcial y nunca se pretendió que existieran por sí solos.

Los Principios se desarrollaron en respuesta a una solicitud del Consejo a Ruggie para que llevara a la práctica, o tradujera a términos concretos, el marco de "respeto, protección y remedio" de la ONU que elaboró en 2008 y que fue refrendado por el Consejo.

Dicho marco describe tres conceptos fundamentales basados en principios tradicionales de derechos humanos: los gobiernos tienen el deber de proteger a las personas y las comunidades frente a los abusos contra los derechos humanos, lo que incluye los relacionados con la actividad empresarial; las empresas tienen la responsabilidad de proteger todos los derechos; y las víctimas deben tener mayor acceso a los remedios para los abusos. Human Rights Watch ha descrito el Marco de la ONU de 2008 como un punto de referencia valioso.

Los Principios rectores describen medidas parciales para la ejecución del Marco de la ONU, dijo Human Rights Watch. En enero, 125 organizaciones, entre ellas Human Rights Watch, expresaron conjuntamente su preocupación porque una versión preliminar de los Principios rectores era más débil en varios aspectos que las normas vigentes de derechos humanos. Las revisiones del texto no resolvieron totalmente las discrepancias. Por ejemplo, los Principios rectores mencionan el acceso a la justicia para las víctimas de abusos por parte de empresas, pero no hacen referencia al bien establecido derecho humano internacional a un recurso efectivo.

"Después de seis años, el Consejo de Derechos Humanos se ha quedado muy lejos de sus posibilidades con respecto a los negocios y los derechos humanos", señaló Ganesan. "Esperamos que los gobiernos consideren ahora medidas firmes para garantizar que todas las empresas respeten las normas de derechos humanos", agregó.

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